lunes, 14 de marzo de 2011

El alimento con valor sagrado.

El alimento: Valor sagrado.
(Sharon Zayuri Zenteno de los Santos)
Los hombres mesoamericanos se caracterizaron por vivir en una comunión intensa con la naturaleza. Identificaron Plenamente el alimento con la vida, al grado de considerar que no eran nuestros cuerpos los que caminaban, reían y respiraban, sino el alimento, fuente de esa vida. Como dependían de la alimentación manifestaron una reverencia religiosa por la naturaleza y concibieron a un conjunto de dioses y diosas que, de acuerdo con sus religiones, mandaban sobre los elementos naturales; otros se relacionaban con los elementos entre sí. A estas deidades les dedicaron celebraciones donde se solía incluir ingredientes y platillos específicos. Las fiestas religiosas más importantes se asociaban con el ciclo agrícola.
En el Popol Vuh, se establece con claridad la relación entre el hombre y el alimento. Cuando los progenitores decidieron crear al hombre, cuatro animales los guiaron a un lugar mítico, “una hermosa tierra llena de deleites”, llamada Paxil, “y así encontraron la comida y esta fue la que entró en la carne del hombre creado, del hombre formado; esta fue su sangre, de esta se hizo la sangre del hombre. Así entró el maíz por obra de los progenitores”. En Paxil descubrieron una tierra “abundante en mazorcas amarrillas y mazorcas blancas, abundante también en pataxte y cacao y en innumerables zapotes, anonas, jocotes, nances, matasanos y miel”.
Con las mazorcas amarillas y blancas se hicieron nueve bebidas “y de ese alimento provinieron la fuerza y la gordura y con él se crearon los músculos y el vigor del hombre.” Nuestros primeros padres se hicieron de maíz: “únicamente masa de maíz entró en la carne de nuestros padres…”

Bibliografia:
·         Buenrostro, Marco y  Barros, Cristina (2001). La cocina prehispánica y colonial.Mexico: Tercer milenio.

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